Título original: Daredevil. País: EE.UU. Año: 2015. Duración: 60 min. (13 episodios). Creador: Drew Goddard. Guión: Bill Everett, Stephen S. DeKinght, Drew Goddard, Luke Kalteux (personajes: Stan Lee). Música: John Paesano. Fotografía: Matthew J. Lloyd. Reparto: Charlie Cox, Deborah Ann Woll, Elden Henson, Vincent D’Onofrio, Rosario Dawson, Toby Leonard Moore, Scott Glenn. Productora: ABC Television Studio / Marvel Entertainment / Netflix. Género: Acción / Superhéroes. Fecha de estreno: 10/05/2015.
Confieso que nunca he sido seguidor de Daredevil. De joven, si me sacabas de Mortadelo y Filemón, los cómics que solía leer eran de Spiderman o Batman, quizás alguno de Superman. De hecho descubrí a Daredevil a través de la mediocre y (excesivamente) vilipendiada película protagonizada por Ben Affleck en 2003, todo un fiasco que no ayudó en exceso a interesarme por el personaje. Con el tiempo le di una oportunidad y leí las historias que Frank Miller había publicado con Marvel en los años ochenta. De entre todas destaca la excelente ‘Born again’, un cómic de tono oscuro, que remite a la infancia del héroe, y del que han sabido sacar su esencia para esta nueva interpretación del personaje en forma de serie televisiva.
Netflix, la cadena de Internet que ya nos ha ofrecido buenas muestras de calidad con ‘House of cards’; Drew Goddard y Stephen S. DeKnight, este último uno de los artífices de la brutal ‘Spartacus’; Charlie Cox, el que interpretara durante un tiempo al chico de los recados de Nucky Thompson en ‘Boardwalk empire’; y Vincent D’Onofrio, el inolvidable “recluta patoso” de ‘La chaqueta metálica’, han conseguido crear la mejor serie de superhéroes hasta el momento. Divertida, vistosa, oscura, con buenos golpes de humor y excelentes escenas de acción, ‘Daredevil’ es una serie que atrapa, entretiene y te hace pensar. La culpa de esto último, aspecto esencial en cualquier obra de arte, la tienen sus bien trabajados guiones, los cuales juegan siempre sobre la fina línea de lo verosímil y lo inverosímil, haciéndote partícipe de las tomas de decisiones de un héroe cuyas convicciones son puestas en duda por un adversario tan grande que supera todo lo imaginable. La justicia, o más bien las distintas nociones de ella que tiene cada personaje, al igual que la moral, lo que se está dispuesto a hacer-sacrificar-traspasar para lograr un bien mayor, son expuestas a un debate continuo.
La trama crece en interés episodio a episodio, siendo definitivamente más intensa la segunda mitad de la temporada, una vez presentados y familiarizados con todos los personajes principales de la función. Charlie Cox se luce dando vida a un creíble Matt Murdock, el héroe entre las sombras, el abogado que cree tener bien clara cuál es la línea que diferencia el bien del mal, qué es lo que se ajusta a la ley y qué no, y hasta donde está dispuesto a llegar. Un hombre con habilidades extrasensoriales y un don para dar leña (y recibir palos) fuera de lo corriente, que a la vez se siente vulnerable y muy humano. Desde el principio asistimos a una evolución desde el héroe de barrio enmascarado que zurra a traficantes y maleantes hasta el (súper) héroe que se debe enfrentar al monstruo que controla y pretende engullir a toda la ciudad. Ese monstruo no es otro que Wilson Fisk, el innombrable, interpretado magistralmente por Vincent D’Onofrio. Dicen que la valía del héroe se mide gracias a la altura de su villano, pues bien, en ‘Daredevil’ el villano es tanto o más interesante que el propio protagonista. Presentado de forma impecable, rodeado siempre de un halo de misterio, Fisk es un complejo villano de refinados modales, desaforado temperamento e inteligencia superior que, además, da muestra de cierta desconcertante sensibilidad. Él es el titiritero que hace que todo se mueva a su son (parece mentira que aún le quede dinero con tanta gente a la que soborna y corrompe), el hombre que pretende reiniciar una ciudad que está llegando a su límite. Tenemos pues dos personajes tratando de cambiar las cosas, dos caras opuestas de una misma moneda, dos modelos de actuación bien distintos con un supuesto mismo fin que siguen métodos dispares.
Completan el reparto Elden Henson como Foggy Nelson, el necesario alivio cómico de la serie (mas interesante conforme va avanzando la temporada), y Deborah Ann Woll, la chica guapa de turbio pasado que, sorprendentemente, no está enamorada del protagonista. También hay un par de apariciones esporádicas muy interesantes, como Rosario Dawson y Scott Glenn, la que cura al héroe y el que enseña al héroe, que elevan el conjunto.
A pesar de encuadrarse dentro del mismo Universo Marvel-Vengadores, de hecho la serie tiene lugar en una Nueva York post acontecimientos de la primera aventura conjunta de Iron Man, Capitán América, Thor y cia, ‘Daredevil’ toma un camino eminentemente más oscuro, sangriento y adulto que el resto de las producciones de la fábrica de superhéroes. Esto es importante ya que es una serie que gustará tanto a los fans acérrimos del “modelo Marvel”, como a aquellos que no lo somos tanto, y que demandábamos cierta profundidad y una línea más tenebrosa en sus historias. Eso es lo que ofrece ‘Daredevil’, una historia perfectamente construida y ejecutada, con sus contenciones y sus excesos, que engancha y que deja un gran sabor de boca al final. Ahora Hell’s Kitchen tiene al héroe que merece, y nosotros a un Daredevil que merece la pena seguir.
“¿Sabes qué es lo único que recuerdo de catequesis? Que los mártires, los santos, los salvadores… Todos terminan igual: ensangrentados y solos” –Claire.
Pingback: Crítica de Daredevil Temporada 3 | SERIEMANIAC Noticias de Series de Televisión·