CRÍTICA: 2 otoños, 3 inviernos (2013)

2 otoños 3 inviernos

4 estrellas

Título original: ‘2 automnes, 3 hivers’. Año: 2013. Duración: 91 min. País: Francia. Director: Sébastien Betbeder. Guión: Sébastien Betbeder. Música: Bertrand Betsch. Fotografía: Sylvain Verdet. Reparto: Vincent Macaigne, Maud Wyler, Bastien Bouillon, Audrey Bastien, Thomas Blanchard, Pauline Etienne. Productora: Envie de Tempête Productions. Género: Comedia romántica francesa de autor. Fecha de estreno (Francia): 25/12/2013. Fecha de estreno (España): 13/03/2015.

Vincent Macaigne se ha convertido en el Jean-Pierre Léaud de la nueva generación de cine de autor francés. Este camaleónico intérprete estuvo nominado a los últimos Premios Césars en la categoría de Mejor Actor Revelación por su rol en ‘La chica del 14 de julio’ (Antonin Peretjatko), y ganó el galardón del Mejor Actor en la vigésima octava edición del Festival de Mar de Plata por su espléndida interpretación en ‘La batalla de Solferino’ (Justine Triet). Aunque los dos filmes citados compartan el trasfondo político y el tono cómico, el papel de Vincent Macaigne en ambos largometrajes es casi el opuesto. Si bien en la película de Justine Triet el actor da vida a un hombre agresivo que hace caso omiso de la orden judicial que le impide ver a su ex mujer y a sus dos hijas, en la última película de Antonin Peretjatko personifica el naif e iluso antihéroe de la comedia romántica que emprende una road movie godardiana perdiendo al amor de su vida por el camino. En este sentido, cualquier película francesa que tenga a Macaigne en su elenco de actores asegura el éxito. Sin ir más lejos, Mia Hansen-Løve le ha procurado uno de los papeles más destacados en su nuevo filme ‘Edén’. En el caso de ‘2 otoños, 3 inviernos’, el personaje de Vincent Macaigne posee la cándida vulnerabilidad que caracteriza a Pator en ‘La chica del 14 de julio’. Pues, el protagonista de la ópera prima de Sebastién Betbeder, que tras su paso por el Festival de Tarragona se estrena en España con dos años de retraso, también está condicionado por su fe ciega en el amor.

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Arman (Vincent Macaigne) es un treintañero de provincias afincando en Paris que creció escuchando canciones de Michel Delpech y viendo las películas de Eugène Green, Robert Bresson y Judd Apatow. Arman sueña con encontrar a su amor, por eso en la primera escena de ‘2 otoños, 3 inviernos’ el protagonista mira a cámara y confiesa que ha dejado de fumar y ha empezado a hacer deporte porque quiere que su vida cambie radicalmente. La elección de situar a los actores frente a la cámara para que rompan la ficción, recitando o hablando de sus secretos más íntimos, es otro homenaje de Betbeder al viejo cine de autor, igual que el granulado postizo en los fotogramas que evoca la textura de los 16mm. Pues, como ‘La chica del 14 de julio’ el debut de Sebastién Betbeder es una carta de amor a la nostalgia cinéfila que el cine francés perdió tras la extinción de la Nouvelle Vague. Si algo define este inteligente manual sobre la vida en pareja o durante la amarga soltería es la imprevisibilidad del guión. Asimismo, la trama de ‘2 otoños, 3 inviernos’ siempre permanece a merced de los múltiples guiños cinéfilos, camuflados detrás de anécdotas o situaciones cotidianas. El largometraje presentado en el Festival de Cannes hace dos años no es otro ejemplo de la arquetípica comedia romántica ligera, más bien se trata de la propuesta más fresca de la cartelera, un filme que no dejará indiferente a su público.

Carlota Moseguí

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