Título original: ‘The Theory of Everything’. Año: 2014. Duración: 123 min. País: Reino Unido. Director: James Marsh. Guión: Anthony McCarten. Fotografía: Benoît Delhomme. Música: Johann Johansson. Reparto: Eddie Redmayne, Felicity Jones, David Thewlis, Charlie Cox, Emily Watson. Productora: Working Title. Género: Biográfico. Estreno (Estados Unidos): 26/11/2014. Estreno (España): 16/01/2015.
Hablar de Stephen Hawking es hacerlo de una de las mentes más magníficas que se conocen, por eso no es extraño ver como parte de su vida ha sido trasladada al cine dada la afición de los diferentes estudios cinematográficos en dar a conocer y acercar al espectador diferentes personalidades que ha habido -o siguen habiendo, en el caso del propio Hawking- a lo largo de nuestra historia. ‘La teoría del todo’ aborda la figura del científico, astrofísico y cosmólogo inglés a partir del libro ‘Travelling to Infinity: My Life with Stephen’, escrito por su ex-mujer Jane Wilde a la que conoció en la década de los sesenta cuando los dos estudiaban en la universidad de Oxford. Un filme que se decanta por enseñar de manera primordial la relación que mantuvieron por encima de la divulgación científica y los descubrimientos que hizo Hawking acerca del universo y la singularidad espacio-tiempo tratados de forma secundaria en la historia.
La enfermedad motoneuronal que padece el científico y que a lo largo de los años le ha ido destruyendo las células nerviosas que controlan los músculos adquiere un papel destacable en su relación. La joven estudiante de letras amante de la poesía medieval de la Península Ibérica decide entregarse por amor y luchar la enfermedad junto a Hawking y ser felices durante el tiempo de vida que le quede, estimado por el doctor de no más de dos años. Precisamente el tiempo es un factor con diferentes enfoques dentro de la película, más allá del periodo que le permita vivir la enfermedad, es el elemento que conecta sus principales aficiones, para Jane su gusto por la poesía tiene que ver con querer viajar en el tiempo, para Stephen, en cambio, es la reversión del propio tiempo y llegar a sus orígenes hasta ser el principal tema de su tesis y motivo de posteriores investigaciones que le llevaron a ser portada de la revista científica ‘Nature’ y a escribir diferentes obras de las que destaca ‘Breve historia del tiempo’. Jane resulta esencial y vital para él, un apoyo que evita que se desmorone ante las desoladoras perspectivas de futuro a las que se verá expuesto, el cariño que les une supera todas las probabilidades acerca de su enfermedad y que les permitió formar una familia con tres hijos.
La historia de superación del matrimonio Hawking rebasa todo límite, pero también supone un desgaste para la pareja. En el caso de Stephen es el deterioro y degeneración de sus músculos que le obligan a verse en contra de su voluntad en una silla de ruedas de por vida, mientras que para Jane el cuidado de su marido y de sus hijos sin ayuda de enfermeras ni especialistas durante bastantes años a petición de Stephen la llevan hasta el agotamiento. El director James Marsh, responsable de los documentales ‘Man on Wire’ y ‘Proyecto Nim’, decide presentar a Jane y Stephen como dos personas fusionadas y atraídas por una fuerza que forma un todo donde el amor y la enfermedad son entendidas como unas variables de un valor determinante en sus vidas. El cariño es palpable en todos los momentos que se muestran de la pareja con el añadido de las grabaciones en Super-8, una suerte de imágenes de archivo que otorgan a la familia Hawking un grado de intimismo en las imágenes para normalizar lo máximo posible la situación con la que han de convivir. La enfermedad degenerativa de Stephen está tratada en la película con dureza y emotividad en todas sus fases, escenas como la que el protagonista no es capaz de subir las escaleras a ojos de su hijo bebé o los silencios de la imposibilidad de comunicarse verbalmente tras la traqueotomía son buena prueba de ello, instantes que buscan enseñar de la manera más veraz y auténtica posible la magnitud de ese trastorno neurológico, pero que también son tratadas desde un punto humorístico en algunos momentos.
Como ya es habitual en las películas biográficas, el reparto suele destacar y en ‘La teoría del todo’ no es una excepción, Eddie Redmayne y Felicity Jones son los encargados de interpretar a Stephen Hawking y Jane Wilde. La transformación de Redmayne en Hawking a lo largo de las tres décadas que se presentan es asombrosa e impactante hasta el punto de pensar que se está viendo en pantalla al científico en persona. Lo mismo ocurre con Jones, que realiza el papel de esposa sufridora, pero con la suficiente entereza y fortaleza para convertirse en un verdadero soporte emocional y vital para Stephen. El trabajo de los dos intérpretes y su compenetración –remarcable juego de miradas- son dignos de elogio, con sus actuaciones consiguen aupar la película que, si bien en algunos momentos puede resultar un filme común y poco innovador dentro del subgénero al que pertenece, es capaz de ofrecer grandes secuencias visuales, especialmente las relacionadas con la circularidad. Imágenes circunferenciales como una simple esfera, el movimiento giratorio de Stephen y Jane simulando la inversión de las agujas de un reloj o la pupila de un ojo pueden entenderse como un acercamiento a lo infinito y al cosmos. También merece ser destacada la preciosa banda sonora a cargo de Johann Johansson capaz de dar un plus de emoción al conjunto.
Durante la introducción de una conferencia, el profesor y amigo de Hawking, Dennis Sciama presenta al científico como “un hombre que desafió todas las expectativas científicas y personales”, esa frase define muy bien a un personaje como Stephen Hawking que no dejó que las limitaciones físicas se antepusieran y que le convierten en una de las personalidades más admirables que existen.
Muy buena crítica, la verdad es que yo quiero verla desde que supe de su existencia y más con las candidaturas de ayer a los Oscar 🙂 Un saludo
Me gustaMe gusta