Título original: ‘Battle for the planet of the apes’. Año: 1973. Duración: 86 min.País: Estados Unidos. Director: J. Lee Thompson. Guión: John William Corrington & Joyce H. Corrington (Personajes: Pierre Boulle). Fotografía: Richard H. Kline. Música: Leonard Rosenman. Reparto: Roddy McDowall, Claude Akins, Natalie Trundy, Severn Darden, Lew Ayres, Paul Williams. Productora: 20th Century Fox. Género: Ciencia ficción / Aventuras. Estreno (EE.UU.): 15/06/1973.
Tras un holocausto nuclear, los simios han proclamado su supremacía sobre la raza humana. Mientras César gobierna con benevolencia fomentando la convivencia entre especies, la fuerza militar capitaneada por el general Aldo pretende iniciar un genocidio. Cuando César decide regresar a las ruinas de lo que llaman la «Ciudad Prohibida», se encontrará con un grupo de supervivientes mutantes. De esta forma dará comienzo la definitiva batalla por el planeta de los simios.
Quinta y última entrega de la saga original de ‘El planeta de los simios‘ iniciada en 1968 por Franklin J. Schaffner sobre los personajes de la obra de Pierre Boulle. Aunque de la novela queda más bien poco, por no hablar de la calidad del clásico de ciencia ficción. Ni sombra.
J. Lee Thompson, director de la anterior ‘La rebelión de los simios‘, repite tras las cámaras con este vergonzoso último capítulo que lleva por nombre ‘Batalla por el planeta de los simios’. Lo que no deja de resultar curioso, porque la supuesta batalla que enfrenta a simios con humanos se encuentra entre lo más desastroso y patético del filme, con explosiones repetidas, escasos figurantes y dos o tres motos circulando por ahí. Por momentos la película podría haber sido dirigida por el mismísimo Ed Wood.
El personaje de César, instigador de la rebelión sima, queda relegado en un segundo plano mientras se acentúa la tensión entre simios y gorilas. Uno no se explica cómo es posible que, en escasos años de separación entre una película y otra, la práctica totalidad de simios han aprendido a hablar y hasta filosofar.
Los diálogos parecen escritos por y para niños de preescolar. Clara muestra de ello es un gorila beligerante y pesado que no deja de repetir lo mismo una y otra vez durante toda la película: «armas, poder«, «poder, armas«, «armas, armas«, «poder, poder«. Que se las den ya y acabe con todo este despropósito.
Si bien la falta de presupuesto había sido hábilmente disimulada en la anterior entrega al contar con escasos escenarios, en ‘Batalla por el planeta de los simios’ queda bien patente. Los niveles de cutrez llegan a extremos tales que, por ejemplo, puede verse cómo intencionadamente en un plano se difumina la parte inferior aparentando polvareda para ocultar los defectos de maquillaje.
La anunciada como espectacular película de ciencia ficción (hablo en serio, mirad sus tráilers) resulta ser la película que más vergüenza ajena produce de toda la saga. Poco o nada se puede rescatar de un filme que aburre, sonroja y exaspera a partes iguales.
Por si fuera poco, ‘Batalla por el planeta de los simios’ pone el broche final a la estirada saga con una conclusión risible en la que, un pedante legislador, nos cuenta cómo simios y humanos parecen convivir en paz. Mientras, una lágrima brota de una estatua del propio César. Para echarse unas risas a su costa.
La obra maestra de Franklin J. Schaffner no merecía toda la retahíla de decepcionantes secuelas que vinieron tras de sí, ni mucho menos este bochornoso final.