Título original: Vertigo. País: EE.UU. Año: 1958. Duración: 120 min. Dirección: Alfred Hitchcock. Guión: Alec Coppel, Samuel Taylor (Novela: Pierre Boileau, Thomas Narcejac). Música: Bernard Herrmann. Fotografía: Robert Burcks. Reparto: James Stewart, Kim Novak, Henry Jones, Barbara Bel Geddes, Tom Helmore, Raymond Bailey, Ellen Corby. Productora: Paramount Pictures. Género: Intriga. Fecha de estreno (EE.UU.): 09/05/1958. Fecha de estreno (España): 22/07/1958.
Es extremadamente difícil quedarse con una sola película del maestro Alfred Hitchcock. Si alguien me apuntara con una escopeta y me obligara a elegir una, solo una, como su mejor obra quizás diría ‘Psicosis’. Acto seguido diría ¡no!, quise decir ‘La ventana indiscreta’. O, espera, quizás ‘Encadenados’. O ‘Con la muerte en los talones’. No, la mejor puede ser ‘Vértigo’… Y así sucesivamente. Lo que está claro es que Hitchcock es único, irrepetible e infalible, todas sus películas muestran esa naturaleza oscura del ser humano, jugando mucho con el elemento psicológico, aquello que descansa en algún recoveco de nuestro interior hasta ser despertado. Y en estos términos ‘Vértigo’ constituye uno de sus ejemplos más claros, siendo también una de las películas más obsesivas y personales de su carrera.
El mítico James Stewart da vida a John “Scottie” Fergusson, un detective de la policía retirado por acrofobia (miedo a las alturas) tras un incidente en el que un agente de su departamento pierde trágicamente la vida. Es entonces, mientras trata de volver a la normalidad, cuando recibe la llamada de un viejo amigo que consigue convencerlo para que le preste sus servicios como detective privado. El encargo consiste en seguir a Madeleine, la esposa del amigo, la cual lleva unas semanas sufriendo una conducta del todo extraña. Tanto, que el propio marido asegura que se encuentra poseída por el espíritu de una tal Carlotta Valdés, una mujer fallecida muchos años atrás. Una vez iniciada la vigilancia, Scottie irá entrando en una espiral de misterio y obsesión que le llevará por un peligroso e intrincado camino.
Alfred Hitchcock construye en ‘Vértigo’ una ingeniosa intriga dramática envolviendo toda la cinta con un halo de mal rollo, una atmósfera enrarecida, pinceladas de terror y por supuesto toques de romanticismo que hacen de esta una de sus películas más completas. En realidad, si la reducimos a su primigenia esencia, ‘Vértigo’ es una historia de amor oculta por capas y capas de suspense y situaciones extrañas, un amor que se va haciendo fuerte con el paso de los minutos y que al final desarma todo el castillo construido a su alrededor. Y menudo castillo, una historia absorbente y una muy conseguida atmósfera que logran meterte de lleno en la película, que la vivas, la sufras y te desconciertes tanto como Stewart.
Como no podía ser de otra manera, Alfred Hitchcock ofrece una nueva clase magistral de juego de planos y encuadres, logrando unas imágenes que en todo momento consiguen transmitir todo aquello que se proponen: desasosiego, miedo, amor, delirio, locura… Especialmente reseñables son la fotografía y la dirección artística, con un espectacular e inteligente uso de colores que invaden la pantalla y nos advierten y transmiten sensaciones en escenas clave como la célebre del sueño de James Stewart o la última escena en el hotel. Al igual que los efectos especiales, tanto en el citado sueño como en las escenas en la que el protagonista sube y sube escaleras sintiendo ese vértigo que le atenaza. O esas hipnóticas “persecuciones” en coche por la ciudad de San Francisco, dando vueltas y más vueltas dentro de la enorme espiral.
En la parcela interpretativa es un verdadero privilegio disfrutar de dos grandes estrellas del cine clásico como James Stewart y Kim Novak, actores que prácticamente acaparan (así a ojo) más del 80% de las escenas de la película y que dan muestra de una gran química en pantalla. A destacar el enorme carisma y buen hacer de Stewart y la serena belleza de la Novak.
Intriga, romance, terror psicológico, una historia de detectives, una historia sobrenatural. ‘Vértigo’ es todo eso y mucho más. Una película de culto que nunca falta en las listas de las mejores obras de la historia del cine. Un film hipnótico, que te atrapa en sus redes y juega contigo en todo momento.
Es como si caminara por un pasillo largo que una vez estaba cubierto de espejos. Aún hay fragmentos colgados. Cuando llego al final del pasillo no hay nada más que oscuridad. Sé que cuando entre en la oscuridad moriré, pero siempre regreso antes de alcanzar el final. Salvo una vez. – Madeleine.
Alfonso Gutiérrez Caro (@Al_Runciter)