CRÍTICA: 10.000 km (2014)

Título original: ‘10.000 km’. Año: 2014. Duración: 98 min. País: España. Director: Carlos Marqués-Garcet. Guión: Carlos Marqués-Garcet. Fotografía: Dagmar Weaver-Madsen. Reparto: David Verdaguer, Natalia Tena. Productora: Lastor Media / La Panda. Género: Drama. Estreno (España): 16/05/2014.

Alex y Sergi llevan 7 años juntos, cuando parecen estar decididos a tener un hijo y formar una familia, ella recibe una beca con todos los gastos pagados para poder irse a vivir a una residencia en Los Ángeles y realizar un proyecto fotográfico. Tras valorar la situación y pese las dudas iniciales, decide aceptar esa oferta y coger ese tren que se le presenta y hacer un viaje de los 10.000 quilómetros que hay de su casa de Barcelona hasta la ciudad de Los Ángeles.

‘10.000 km’, la ópera prima del director Carlos Márques-Garcet habla sobre la distancia y la dificultad que tienen las personas de separarse de sus seres queridos durante un largo periodo de tiempo. En el mundo 2.0 en el que vivimos, las nuevas tecnologías e internet dan la posibilidad de estar comunicado desde cualquier parte del mundo, las videollamadas son una buena manera de poderse ver vía online y acortar en cierto modo la distancia entre las personas. Unas videollamadas que la pareja protagonista utiliza para poder verse, hablar y hacer más amena su separación.

Pese a las facilidades para estar comunicado en la actualidad, hay una elemento importante que la tecnología no puede substituir y es la necesidad del contacto físico, no basta solo con verse en una pantalla de un ordenador, las personas necesitan tocarse, sentirse, olerse e incluso mantener relaciones sexuales (en la película hay una escena de sexo online que muestra muy bien este aspecto).

A medida que van pasando los días y las semanas, lo que al principio eran conversaciones largas y extensas enseñando la casa de Los Ángeles, viéndola cocinar o enseñando a Sergi las fotos que realiza, acaba convirtiéndose en diálogos monótonos y escasos en el momento en el que ella está demasiado ocupada con su proyecto. Una situación difícil de aceptar para Sergi que no acaba de acostumbrarse, mientras él sigue con su vida cotidiana y solitaria, ella se va amoldando a su nueva vida lejos de casa y conociendo a nuevas amistades. Al ver que el distanciamiento que ya hay de por sí va en aumento, explota desbordado por los celos y acaba discutiendo en varias ocasiones con Alex. “Siempre veo algo que me recuerda a ti” o “Tú no quieres estar conmigo, tú lo que quieres es que yo esté contigo” son algunas de las frases que le recrimina Sergi, unas declaraciones que dotan a la película de momentos duros y emotivos.

Uno de los aspectos más loables de la película es cómo muestra de una manera realista el deterioro de la relación de la pareja. Pasional e íntima en el piso de Barcelona (como se muestra en el fantástico plano secuencia, casi teatral, de más de 20 minutos que abre el filme) y que en Los Ángeles cada día que pasa se va enfriando y encallándose como si se tratara de la propia conexión de internet de sus portátiles. La distancia parece que puede con la longevidad del amor entre Alex y Sergi sin aparente remedio.

Los dos protagonistas llevan todo el peso de la historia, no hay personajes secundarios, todo un acierto que evita cualquier posibilidad de desviar la trama y que muy probablemente hubieran perjudicado el resultado de la película. Un Sergi y una Alex interpretados de manera admirable por David Verdaguer y Natalia Tena. Él es la viva imagen de la soledad y la parte más perjudicada de la pareja, mientras que ella interpreta perfectamente esa adaptación de su personaje a su etapa en la ciudad estadounidense. Los dos intérpretes demuestran una gran conexión desde el mencionado plano secuencia del inicio y logran representar una pareja muy creíble y que protagonizan grandes momentos, ya sean cómicos o emotivos.

Premiada en los festivales de Austin y Málaga, ‘10.000 km’ supone un prometedor debut para Carlos Marqués-Garcet, una película que sabe captar y reflejar de una manera original y muy actual como la distancia puede llegar a perjudicar a las relaciones afectivas.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)

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