CRÍTICA: La vida inesperada (2014)

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4 estrellas

Año: 2014. País: España. Director: Jorge Torregrossa. Guión: Elvira LindoFotografía: Kiko de la RicaMúsica: Lucio Godoy, Federico Jusid. Reparto: Javier Cámara, Raul Arévalo, Carmen Ruiz, Tammy Blanchard, Sarah Sokolovic, Gloria Muñoz, Juan VillarealProductora: Ruleta Media / Bullet Pictures / TVE. Género: Drama / Comedia. Fecha de estreno: 25/04/2014

If I can make it there, I’ll make it anywhere. Décadas (y varios miles de kilómetros) nos separan de esa universal declaración de amor de Frank Sinatra hacia la ciudad de los 1001 nombres. Luces y rascacielos como fieles espectadores de las historias que cada día suceden en sus calles, y de los incontables secretos que estas encierran. Y que, en el fondo, todos conocemos. Allen, Scorsese o Spike Lee, todos ellos han sido guías de un tour continuo y presente a lo largo de nuestra vida por el mayor decorado cinematográfico posible, Nueva York. Inmersos en el ajetreo de la ciudad que nunca duerme (ni cambia), la contemplamos como si de una vieja conocida se tratara, con la familiaridad de quien se siente uno más dentro del hábitat de esa particular jungla urbana. 1001 caras y perspectivas  con las que mirar a una ciudad que en el fondo solo tiene una. Invariable. Inalterable pese al paso del tiempo. Icónica. Esperanzadora. Ante todo, oculta. Un todo o nada sin segundas oportunidades. El ‘ying yang’ de la vida.

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Porque en el mundo hay muchos tipos de personas, pero en Nueva York, donde las prisas ganan al escaso tiempo, todo se resume en dos clases: los que se conforman con lo que tienen y asumen lo frustrado e imposible de sus sueños, y los inconformistas, los empedernidos soñadores que creen en la ciudad de las oportunidades, y en que algún día llegará la suya. Hablo de gente como Juan, protagonista de su propia vida, pero eterno aspirante a algo más que malvivir y contentarse con pequeños trabajos de escasa importancia. Hablo de su experiencia, y de la de muchos otros que como él, y en la vida real, se arriesgan y marchan hacia otros países, en busca de un sueño que nunca llega. Hablo de una historia agridulce, melancólica y vital, que merece la pena ser contada. Hablo de ‘La Vida Inesperada’.

Con el dulce telón de fondo de Nueva York y la intensidad de su banda sonora como carta de presentación, Torregrossa nos sumerge en el lado oculto de la ciudad de los sueños, bajo la mirada de Juan (Javier Cámara). Actor de una pequeña compañía de teatro, profesor de español, camarero y ante todo soñador, ve pasar los años bajo la esperanza de un éxito y una oportunidad que no llega. Una destartalada vida a la que se suma su primo (Raúl Arévalo), el triunfador que lo tiene todo y que viene a visitarle. Dos caras de una misma realidad. Dos prototipos opuestos que, iniciada la convivencia y dejando a un lado las falsas apariencias, descubrirán la realidad que hay detrás de cada uno de ellos y cómo sus vidas cambiarán a raíz de la presencia del otro.

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Junto a la inconfundible firma de Elvira Lindo en el guión, Torregrossa sabe reinventar Nueva York bajo la luz de una comedia más allá de sus chistes, y un drama más allá de sus escenas lacrimógenas. Porque ‘La Vida Inesperada’ es realista. Como la vida. Como la fina línea entre las alegrías y las tristezas sobre la que nuestros protagonistas se balancean, bajo el tono agridulce y melancólico de la producción, alejado de las manidas comedias. ‘Annie Hall’ y allenista en su superficie, bajo esta aparente inocencia se esconde una película moralista, que profundiza en las relaciones humanas, en la situación económica actual, en las crisis de identidad y en la dura realidad de algunos sueños. Un halo realista sobre la toma de decisiones y las experiencias vitales en el que vernos reflejados.

Una producción en la que lo alargado de la trama no choca con el creciente ritmo e intensidad. Y no es Nueva York la culpable, esta vez no. La química entre Cámara y Arévalo rivaliza contra la escenografía cinematográfica por excelencia en brillantez. Interpretaciones de lujo en la piel de dos polos opuestos que atraen la mirada de todo espectador y que se convierten en el sustento principal de una obra que hará las delicias de todo aquel enamorado de la ciudad de los rascacielos. Un tándem Cámara-Arévalo que se contrapone al de sus homónimas compañeras, Tammy Blanchard y Sarah Sokolovic, con actuaciones y personajes ligeramente caricaturizados, convertidas en el punto débil de la película. Carmen Ruiz y Gloria Muñoz bajo la piel de una compañera de teatro y madre de Juan, respectivamente, complementan con excelentes contrarréplicas el reparto de la producción.

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Conocemos Nueva York. Sus puentes, sus calles, sus rascacielos y sus monumentos. Nos hemos sentado en ese banco en Brooklyn con Annie Hall, hemos desayuno frente a Tiffany’s con Holly Golightly y nos hemos sumergido en su turbia vida nocturna en el taxi de Travis Bickle. La hemos recorrido fotograma a fotograma, creyendo conocer una realidad que, al final, no es cierta. La ciudad duerme. Las luces y los rascacielos siempre se apagan. Los sueños pueden no cumplirse. La vida sigue. Nueva York nos seguirá gustando. E historias como la de ‘La Vida Inesperada’, historias como la de Juanito, seguirán sucediendo. Porque así es la vida. Alegre. Triste. Valiente. Soñadora. Irónica. Inesperada.

It’s up to you, New York, New York.

Lydia Martínez (@whataboutlydia)

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