El próximo 4 de abril llegará a nuestras pantallas ‘Noé‘, la última película dirigida por el neoyorkino Darren Aronofsky.
Aprovechando este estreno, en La voz en off hemos querido hacer un repaso a la filmografía de Aronosky. Una carrera que, si bien todavía puede considerarse corta, goza de títulos tan celebrados como ‘Réquiem por un sueño‘ o ‘Cisne negro‘.
PI, FE EN EL CAOS (1998) – por Sergio Montesinos
Debut del director, ganadora del premio al Mejor Director del Festival de Sundance 2008. ‘Pi, fe en el caos’ apenas costó 60.000 dólares y supuso la primera colaboración con su habitual compositor y amigo Clint Mansell.
«En su debut ya se pueden ver varios de sus leitmotivs que ha ido narrando en algunas de las siguientes películas que ha dirigido: obsesión, locura y surrealismo. El personaje está tan obsesionado con conseguir descifrar los números de la bolsa de Wall Street que llega a obsesionarse por todo lo que le rodea, incluidas cifras que a priori no parecen tener nada en común con su inminente descubrimiento y a que sus cefaleas sean cada vez más fuertes y dañinas«. [Leer la crítica completa]
RÉQUIEM POR UN SUEÑO (2000) – por Isa Polaina
El segundo trabajo de Darren Aronofsky fue un enorme éxito de crítica y público, lo que la convirtió en un clásico de culto instantáneo. Basada en la novela de Hubert Selby Jr, la película consiguió hacerse con la nominación al Oscar a la Mejor Actriz por el fenomenal trabajo de Ellen Burstyn.
«Requiem por un sueño’ juega con nuestras emociones porque la psicología puesta en su guión es absolutamente indiscutible. Tiene una habilidad única para desgranar el mundo de las adiciones en los seres humanos. Con el paso de los años se ha convertido en una obra de culto de obligado visionado. Lo mejor de la película es el festival de sensaciones que provoca al espectador. Contiene unos planos que se mueven entre la realidad y la ficción de una manera francamente frenética«. [Leer la crítica completa]
LA FUENTE DE LA VIDA (2006) – por Alfonso Gutiérrez
Tras la larga espera e innumerables problemas de producción, ‘La fuente de la vida’ se convirtió en el film más polémico de Aronosky, con una gran cantidad de detractores y defensores. En nada ayudó su nominación al León de Oro del Festival de Venecia a la hora de hacer taquilla.
«La fuente de la vida’ es, como mínimo, irregular. Algo falla y mucho cuando en una supuesta historia de amor me da igual que se muera o no la protagonista. La peli quiere abarcar tanto que al final no deja poso en ninguna de las tres historias. La principal, aunque sosita, se sigue con cierto interés. La de la esfera es una paranoia New Age con algún momento que roza el ridículo, mientras que la del libro es una especie de reinterpretación de la baja edad media castellana con la Inquisición como principal enemigo de la Corona». [Leer la crítica completa]
EL LUCHADOR (2008)
Darren Aronofsky volvió al mundo terrenal y consiguió con ‘El luchador’ una de sus cintas más aclamadas por la mayoría del público y de la crítica. La película consiguió hacerse con el León de Oro del Festival de Venecia, así como también rascó dos nominaciones a los premios Oscar gracias a sus intérpretes, un resucitado Mickey Rourke y Marisa Tomei.
«La película muestra, con una economía de medios y un estilo que roza el documental, un vívido y absorbente relato lleno de tristeza. La película no podía ser más sencilla, pero Aronofsky consigue infundir una gran cantidad de emociones con tan solo mostrar la dura vida de este perdedor«. [Leer la crítica completa]
CISNE NEGRO (2010) – por Lydia Martínez
Con su última película, Darren Aronosky se ganó el favor de la Academia, y con él 5 nominaciones a los premios Oscar. Lástima que solo Natalie Portman consiguiera alzarse con la estatuilla a la Mejor Actriz cuando la película era claramente superior que cualquiera que las nominadas aquel año.
«Confusa. Salvaje. ‘Cisne Negro’ es locura frenética que embruja y hace imposible eso de apartar los ojos de la pantalla. Un asfixiante viaje mental que invita al espectador a bailar en una deslumbrante danza de la que no quiere escapar. Y no debe hacerlo. Apoteosis de cine puro en el clímax de la carrera de Aronofsky y de Portman, donde la poesía resulta ser narrativa, y la realidad se confunde con la ficción. Puro juego de sensaciones, puro juego con el espectador. El desafío a los límites psicológicos del individuo en una propia producción que no se pone límites«. [Leer la crítica completa]