Disculpen, ¿me he levantado en 1997 o en 2014? La duda, ya instalada en mi, no me deja hasta que un día más, y casi inconscientemente, vuelvo a estar en los cines Callao. Y es que sospecho que a mi yo presente, asomada tras el reflejo de los carteles y el gentío, le hace tanta o más ilusión que a la niña pequeña que algún día fui (y sigue viviendo en mi), la primera proyección del día. Desde aquí mi absoluta gratitud al genio que decidiera incluir en el programa ‘La Bella y La Bestia’, ese que ha hecho que la sala se llene de nostálgicos por una infancia pasada y unos recuerdos muy presentes. Qué decir de un clásico, de una de las mejores producciones de Disney, de un film del que ya se ha dicho todo. De hecho, para qué hablar de una película magnífica, cuando su fotografía, su banda sonora, su manejo del ritmo y de la historia y su construcción de personajes con cierto aire de atípico en la época lo dicen todo.
Pues que a esta equilibrada balanza le faltaba el toque de adaptación y grandeza que el 3D consigue añadirle. Rompe la barrera generacional con uno de los mejores efectos visuales que la animación proporciona en la actualidad y consigue que niños, padres, abuelos y espontáneos aplaudan, lloran, rían, tarareen y, ante todo, sientan. Ay, si es que ya no se hacen películas como las de antes.
Digo adiós a la nostalgia y me obligo a volver al no tan dulce presente y su realidad. Me pierdo entre el gentío y la ya asidua tarea de hacer cola para encontrarme dos horas después perdida ante lo absurdo. Lo llaman ‘In Fear’, pero yo lo llamo «cualquier viaje de carretera con un familiar con el que no tengamos carisma y un GPS de lo más fallido». Y es que parece que esta producción britanica, dirigida por Jeremy Lovering, se olvida de mirar en Google Maps o Trip Advisor y lanza a la aventura a su pareja protagonista en un laberinto de carreteras secundarias y química fallida, y con la constante presencia del terror primario. Poco me sirven las excusas del presupuesto ajustado o guión sencillo ante ese fallido intento de no contar nada y alargar algo que no tiene fundamento. He visto dramas con más risas que aportaciones puede ofrecer esta nueva apuesta del cine inglés. Yo no lo compro. O no lo vuelvo a ver, que viene siendo lo mismo.
16:00h de la tarde y ya me han metido la primera película fallida del día. El puro espíritu de la Muestra: adentrarte en la sala sin saber si terminarás viendo una gran obra o queriendo reclamar tus dos horas perdidas (aunque bien amortizadas en risas a cargo del público). Ya me gustaría ver a algún broker corriendo tal riesgo. Pero por compasión, no me gustaría verles visionando ‘Almost Human’, el siguiente film programado y dirigido por Joe Begos. Dirigido… Por decir algo. Me equivocaba con eso de que la cosa no podía ir a peor. Rectifico: la cosa está yendo a peor. En esta montaña rusa que sólo va para abajo, me encuentro con un caos de aliens, cine de terror de poco presupuesto, un homenaje al género que roza lo absurdo y unos actores que deben ser sacados de algún telefilm barato, o de algún sitio donde llamen actuar a eso de ni siquiera intentarlo. ¿Qué podía esperar de una película donde el malo es un alien leñador hipster? Un nivel de gafapastismo brutal y una película detestada por muchos y aclamada por otros (dos, tres) como ‘especial’. Si que es cierto eso de que el amor ciega, sí.
Hay una ventaja en eso de encontrarte con películas que no terminan gustándote: que con el listón bajo, la sorpresa ante la siguiente producción puede ser de dimensiones considerables. ‘Rigor Mortis’ me plantea el mayor dilema con el que me he encontrado en la Muestra hasta la fecha: cómo explicar a alguien el argumento de una película que en sí no tiene argumento. Y lo mejor de todo, que convence y puede hasta gustar. Una tortura china firmada por el continente asiático que bien podría ser un ‘Aquí no hay quien viva’ 2.0. Fantasmas, vampiros, un antiguo protagonista de cine de terror que se ve superado por la realidad ante la ficción, todo vale con tal de no enterarte de nada y maravillarte ante un complejo sistema visual. Directa a esa sección de «la amas o la odias». Disculpenme que yo no me pronuncie aún sobre mi veredicto, sigo intentando recomponerme de lo que he visto.
Entre conversaciones de «es que el cine asiático está sobrevalorado», «esto no hay quien lo vea», «hipsterismo elevado» u «obra de culto instantánea», llegan las 22:25h y con ella la película unanimemente esperada por todos. ‘Coherence’. Me digo mentalmente que espero que tenga algo más de coherencia que sus antecesoras (chistes malos de por medio) y con el miedo que ninguna de las producciones del día me han inculcado y deberían haber hecho, me sumerjo en el estimulante planteamiento y la sorpresa constante que es esta producción estadounidense. Ayer dije que nada igualaría a ‘Snowpiercer’. Me corrijo, o ya lo hace el propio film por mi. ‘Coherence’ la iguala sin problemas, y no defrauda.
Puro thriller psicológico bajo una reunión entre amigos que recuerdan cómo hace decadas el paso de un cometa hizo que los habitantes de un pueblo quedaran completamente desorientados y prácticamente sin memoria, mientras ellos se preparan para ver pasar uno, con la duda en el aire: ¿volverá a pasar lo mismo? ‘Coherence’ no tiene nada de gran producción, pero si de grandeza, consiguiendo que simples elementos como una casa y unos actores normales te hagan explotar el cerebro. Puro mindblowing. No hace falta la presencia de ningún cometa para recomendaros esta producción.
De menos a más. Así ha ido la tercera jornada de una muestra con luces, sombras e inexistente cobertura, que hace que nos preguntemos si lo de ‘Coherence’ es una realidad superando a la ficción, o si es un efecto viral de lo más espeluznante. Hago valoración mental del día mientras pienso en que a la agradable hora de las 00:30h me estoy perdiendo el espectáculo cómico de ‘Piranha 3DD’, más sangrienta y desagradable que nunca. ¡Que tiemble ‘Sharknado’, que sale David Hasselhof interpretándose a él mismo! ¡Lo nunca visto! Quizás debería haberme quedado. O no. Ay, Kitt, te necesito.
Lydia Martínez (@whataboutlydia)
Esperando la crítica de «Faraday» 🙂 enjoy!!
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