Título original: ‘American Hustle’. Año: 2013. Duración: 138 min. País: EE.UU. Director: David O. Russell. Guión: Eric Singer, David O. Russell. Música: Danny Elfman. Fotografía: Linus Sandgren. Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Jeremy Renner, Louis C.K., Michael Peña, Jack Huston, Alessandro Nivola, Shea Whigham, Paul Herman, Elisabeth Röhm, Saïd Taghmaoui, Adrián Martínez. Productora: Columbia Pictures / Annapurna Pictures / Atlas Entertainment. Género: Drama / Comedia. Fecha de estreno (EE.UU): 20/12/2013. Fecha de estreno (España): 31/01/2014.
El estafador Irving Rosenfeld y su pareja Sydney Prosser son detenidos por el agente del FBI Richie DiMaso. Para librarse de la prisión tendrán que colaborar con la policía para desenmascarar las corruptelas entre altos cargos políticos.
Sobrevalorada comedia dramática dirigida por el ya excesivamente laureado David O. Russell. Desde que Russell dirigiera la correcta ‘The Fighter’ y tras la estupenda ‘El lado bueno de las cosas‘, haga lo que haga la prensa norteamericana lo adora y tiene presente todos sus estrenos en el reparto de premios. Todo ello bajo el prejuicio de que tras un gran elenco de actores se esconde una gran película, lo que no necesariamente ha de ir siempre de la mano.
Con ‘La gran estafa americana’ se confirma que si algo no se le puede reprochar a su director es su capacidad para sacar provecho de las interpretaciones de su reparto. En la película brillan sobre todo sus actores, quienes se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos. Christian Bale vuelve a dejarse la piel sufriendo un cambio de aspecto radical, lo que en algún momento de su vida le pesará en su salud. De hecho, es tal la desmejora física que ha requerido su personaje y son tantos los planos que se dedican a demostrarlo que llega un punto en que distrae más que otra cosa.
Pero si hay algo que destaca por encima de todo en la película son sus interpretaciones femeninas. La auténtica protagonista de toda esta gran estafa es sin duda una inmensa Amy Adams que devora en la pantalla a sus compañeros de reparto Bale y sobre todo a un sobre actuado Bradley Cooper. Adams se convierte así en el principal eje de la historia con una fuerza magnética que impulsa todo el filme. Con permiso de Jennifer Lawrence quien, a pesar de contar con un papel más breve, se las apaña para convertir sus escenas en las más inolvidables y cómicas de ‘La gran estafa americana’.
La película dista mucho de ser perfecta. Russell se enfrenta a una historia mucho más ambiciosa de lo habitual, lo que le queda demasiado grande. El director de ‘Tres Reyes’ se permite emular a grandes narradores, más experimentados en este tipo de historias, como son Scorsese o Tarantino, pero se queda a medio camino. Le falta más garra y empaque visual, además de un mayor sentido del humor.
‘La gran estafa americana’ presenta un excelente sentido del ritmo en su primera mitad, con escenas dinámicas y ágiles definiciones de sus personajes. La presentación de sus hilos argumentales resulta estimulante sin llegar a ser atropellada, impulsada en gran medida por el excelente trabajo interpretativo.
El problema se encuentra a la hora de resolver la historia. Al contrario de lo que ocurría con ‘El lado bueno de las cosas’, la cual también adolecía de una conclusión abrupta, Russell no encuentra el tono adecuado y deja de lado el humor para incidir en aspectos dramáticos que no terminan de calar en el espectador. Por otra parte, en su faceta de película de timos y estafas, su conclusión resulta del todo insatisfactoria.
‘La gran estafa americana’ incide en temas como la amistad, la lealtad y la ambición, personificada sobre todo en la rivalidad de los personajes interpretados por Bale y Cooper. La película se reserva también una pequeña y muy agradecida sorpresa con la aparición de otra estrella a modo casi de cameo cuya identidad conviene no saber y que resulta perfectamente justificado.
A pesar de ello, ‘La gran estafa americana’ es entretenida y moderadamente divertida. Alterna momentos de auténtico genio y nervio narrativo con arritmias demasiado prolongadas, además de un final muy soso y nada excitante. Una lástima, porque su arranque no podía ser mejor.