Título original: ‘Delivery Man’. Año: 2013. Duración: 103 min. País: EE.UU Director: Ken Scott. Guión: Ken Scott. Fotografía: Eric Alan Edwards. Reparto: Vince Vaughn, Cobie Smulders, Chris Pratt, Britt Robertson, Jack Reynor, Erin Gerasimovich, Bobby Moynihan, Camille Kitt, Ben Bailey, Glenn Fleshler. Productora: DreamWorks SKG. Género: Comedia. Fecha de estreno (EE.UU.): 22/11/2013. Fecha de estreno (España): 29/11/2013
El personaje de Vaughn, antiguo donante de esperma, descubre en el peor momento de su vida que es padre nada menos que de 533 hijos, pues en la clínica de fertalidad donde donó su esperma cometerion un error.
De todos es ya conocida la manida afición hollywoodiense por las secuelas y remakes. Un recurso eficaz que sirve a las productoras para explotar (y sobreexplotar) temáticas, aumentar sus ingresos y quizás disimular la creciente falta de imaginación. Pero no a que estos tengan lugar dos años después del estreno de la original, o a que estas “películas 2.0” sean dirigidas y guionizadas por su creador. Y he ahí donde Ken Scott con su ‘¡Menudo Fenómeno!’ marca la diferencia. O al menos, trata de hacerlo.
Las razones por las que Scott ha decidido volver a realizar su originario ‘Starbuck’ (2011) son desconocidas, pero no el argumento prácticamente idéntico: Un cuarentón neoyorquino repartidor de carne, antiguo donante de esperma y actual deudor de la mafia que en el momento más inapropiado de su vida descubre que es el padre de 533 hijos debido a un error cometido en la clínica de fertilidad, y que se enfrenta a una demanda de 142 de sus descendientes que quieren conocerle. Más que un remake, la misma historia contada y promocionada de una forma más comercial que trata de enmendar los pocos errores de su antecesora, casi sin ninguna variación.
Y si bien es una película innecesaria y que sólo sirve para extender la cada vez más larga lista de remakes, no por ello quiere decir que no merezca la pena o que directamente no se pueda disfrutar. De hecho, se puede (y aún más si no has visto las anteriores versiones).
La trama en sí es original y llamativa. Fantasía y exageración aparte, ahonda sobre la paternidad, la familia y las relaciones desde un punto de vista diferente y de esa forma tan americana que bien puede estar llena de clichés o bien puede ser la unión perfecta entre ironía y humor y seriedad. Pero precisamente de la trama deriva el que quizás sea el principal problema de ‘¡Menudo fenómeno!’ (o el secundario si tenemos en cuenta su título).
100 minutos de metraje no dan tiempo para desarrollar una historia ambiciosa en cuanto a subtramas y problemáticas como lo son las de esta producción. Por eso, al acabar de verla, puede dar la sensación de que falten cosas por contar, cabos abiertos que cerrar. El deseo de querer presentar tal cantidad de caracteres e historias que tengan sentido en un film conlleva el riesgo de caer en fallos como este. Y esto, sea comedia, drama o se trate del género del que se trate, es imposible de remediar.
La película en sí tiene mérito por intentar conseguir que el (odiado) Vince Vaughn nos caiga bien y nos encaje como el entrañable y prolífero padre. Y cuidado, que a veces lo consigue, pero en otras simplemente ves al típico padre que trata de resistir el abandono de la juventud y sólo hace gracia a él mismo. Cobie Smulders como policía y pareja de nuestro protagonista y Chris Pratt como abogado e inseparable mejor amigo culminan un numeroso reparto donde este último destaca y lidera los momentos más hilarantes de la película.
El punto melodramático es más que acertado en una comedia modesta, ligera, entrañable y ciertamente original (o al menos lo era hace dos años), pero que ante todo consigue lo que cualquier producción de su género debería aspirar: hacernos reír y olvidar nuestros problemas durante poco más de hora y media. A elección del espectador si esta producción lo logra o no.
Lydia Martínez (@whataboutlydia).