Título original: Take the Money and run. País: EE.UU. Año: 1969. Duración: 85 min. Dirección: Woody Allen. Guión: Woody Allen & Mickey Rose. Música: Marvin Hamlisch. Fotografía: Lester Shorr. Reparto: Woody Allen, Janet Margolin, Marcel Hillaire, Jacqueline Hyde, Jan Merlin, Lonny Chapman. Productora: Jack Rollins & Charles H. Joffe Productions. Género: Comedia. Fecha de estreno (EE.UU): 01/01/1970. Fecha de estreno (España): 14/08/1972.
Mucho antes de las grandes ‘Midnight in Paris’ o ‘Match Point’, antes incluso de meterse a público y crítica en el bolsillo gracias a joyas como ‘Annie Hall’ o ‘Manhattan’, un treintañero Woody Allen dirigió, escribió y protagonizó su primera película a la que llamó ‘Toma el dinero y corre’. Allen, que por entonces ya triunfaba con sus monólogos en los teatros de Nueva York, da vida a Virgil Starkwell, un delincuente de medio pelo buscado por la justicia de seis estados por cargos como robo a mano armada o agresión. Pero en realidad Virgil no es un mal tipo, podría decirse incluso que es un hombre sensible al que la vida rara vez le ha sonreído. Un escuchimizado chico de barrio criado en la calle y entre golfos. Lo que le sobra de ingenio para idear sus robos le falta de sentido común para que estos lleguen a buen puerto. La supuesta magnífica idea se va diluyendo hasta acabar, en la práctica, como un enorme fracaso. Así es Virgil, un fracasado que, gracias a su carisma, va pasando por la vida dejando poso en la gente que conoce.
‘Toma el dinero y corre’ es una comedia rodada en clave de falso documental, con un ingenioso narrador omnipresente durante toda la cinta, y la presencia de una serie de personajes entrevistados (desde familiares a amigos, pasando por policías o psiquiatras) que darán buena cuenta de la personalidad del bueno de Virgil.
La película funciona como una sucesión de delirantes gags, que van de lo irónico a lo surrealista, en los que nuestro simpático protagonista las pasa canutas debido a su malsana afición por delinquir. Estamos ante una película enteramente cómica, que se pasa en un suspiro entre carcajada y carcajada. El film está plagado de momentos tronchantes, situaciones exageradas y chistes (algunos buenos, otros no tanto). La trama no es gran cosa, al igual que tampoco lo son otros aspectos como la caracterización de personajes o la banda sonora. El verdadero atractivo de la cinta es asistir al nacimiento de uno de los grandes cómicos del cine.
La ópera prima de Woody Allen destaca, como no podía ser de otra manera, por sus ingeniosos diálogos y su mordaz sentido del humor. ‘Toma el dinero y corre’ sería algo así como el germen de lo que posteriormente ofrecería el genio neoyorkino. Por ejemplo. en lo concerniente a su personaje principal, ese tipo nervioso e inseguro, con mucha labia e ingenio, basado en el propio Allen. Aquí aún está sin pulir, pero en esencia lo tenemos.
El verdadero leitmotiv de la cinta es hacer reír, llevar situaciones al absurdo y mofarse del bobo de Virgil y sus desventuras ya sea en libertad, ya sea en presidio. No hay mayores pretensiones ni profundidad, tan solo entretener y hacer pasar un buen rato, cosa que sin duda consigue.
‘Toma el dinero y corre’ es una película divertidísima, de esas que te hacen reír de verdad, y que constituye una obra muy a tener en cuenta ya que asistimos a los primeros pasos en el séptimo arte de uno de los más grandes cineastas de la historia.
‘Nadie va de beis a robar un banco. Es de mal gusto’. –Virgil Starkwell.
Alfonso Gutiérrez Caro (@alfonsogc82)