Título original: The purple rose of Cairo. País: EE.UU. Año: 1985. Duración: 85 min. Dirección: Woody Allen. Guión: Woody Allen. Música: Dick Hyman. Fotografía: Gordon Willis. Reparto: Mia Farrow, Jeff Daniels, Danny Aiello, Dianne Wiest, Van Johnson, Irving Metzman, Stephanie Farrow, Zoe Caldwell, John Wood, Milo O’Shea, Edward Herrmann. Productora: Orion Pictures. Productores: Jack Rollins & Charles H. Joffe. Género: Comedia romántica / Fantástico. Fecha de estreno (EE.UU.): 01/03/1985.Fecha de estreno (España): 27/09/1985.
Cecilia es una mujer casada con un hombre desempleado y violento que le es infiel, la maltrata y derrocha su dinero. Para refugiarse de su día a día, asiste con frecuencia al cine. Un buen día, después de haber visto cinco veces su película favorita, ‘La rosa púrpura de El Cairo’, su protagonista traspasará la pantalla para iniciar una conversación con Cecilia.
Si bien la pasión de Woody Allen hacia el cine ha quedado reflejada en un gran número de películas, llegando incluso a figurar entre uno de los motivos por los que la vida merece la pena, ‘La rosa púrpura de El Cairo’ es con toda seguridad su mayor alegato de amor hacia el séptimo arte. Considerada por muchos, incluido el propio Allen, como su mejor película.
En el filme conviven dos historias opuestas: el lujo de la alta sociedad acomodada, propia de las películas de Hollywood de los años veinte, y la realidad del cruel matrimonio de Cecilia, castigado por la Gran Depresión americana. El cine, entendido como magnífico entretenimiento evasivo de la realidad, es mostrado como el más cómodo y placentero de los hogares.
Influenciada en ‘El moderno Sherlock Holmes’ de Buster Keaton, ‘La rosa púrpura de El Cairo’ es una indiscutible obra maestra del cine. Una preciosa historia que aúna fantasía y realidad con la sincera felicidad que producen los sueños y el pasmoso poso amargo que inevitablemente deja la triste verdad. Es también la película donde el realismo mágico, tan presente en la filmografía de su director, tiene su mayor protagonismo en el argumento.
En el aspecto interpretativo destaca principalmente su entonces pareja en la vida real, una brillante Mia Farrow en el mejor papel de su carrera. Jeff Daniels, en un papel inicialmente pensado para Michael Keaton, personifica a la perfección el clásico héroe y aventurero hollywoodiense de eterna sonrisa. Si bien el mayor reto de semejante personaje reside en conseguir ese desdoblamiento de personalidad, entre el romántico héroe de cine y la cínica y arrogante estrella de Hollywood.
Brilla en la película con especial eficacia su tono, siempre melancólico pero profundamente optimista. Sin dejar de lado algunos rasgos cómicos, la película se presenta como un escalón en la madurez del propio Allen, quien partiendo de una premisa fantástica logra crear una historia eminentemente realista de un gran calado emocional. Un jarro de agua fría que nos vuelve a recordar las pequeñas cosas que hacen que la vida merezca la pena.
El final, aunque de inevitable regusto amargo, no se siente tan pesimista como lo puede ser el cine más reciente de Allen. Culmina en la resignación del personaje de Farrow, de nuevo evadida y, por qué no, salvada de la triste realidad ante la pantalla de cine. Una auténtica delicia.