El próximo viernes 15 de noviembre se estrena ‘Blue Jasmine‘, la nueva cita anual con Woody Allen, uno de nuestros directores favoritos. La película está cosechando una gran cantidad de críticas positivas y se ha vuelto a ganar el respeto de la prensa especializada, después del tropiezo que supuso ‘A Roma con amor‘.
A pesar de que su excesivo ritmo de trabajo hace que últimamente sus filmes muestren una cierta bajada en su calidad, ello no impide que de vez en cuando nos regale verdaderas joyas como la reciente ‘Midnight in Paris‘ o ‘Match Point‘. Pero una cosa sí que es cierta, y es que incluso las películas más flojas del director neoyorkino suelen encontrarse entre lo mejor de la cartelera.
A continuación os contamos un total de diez curiosidades y anécdotas sobre Woody Allen y su filmografía que, probablemente, desconocíais:
1.- LOST IN TRANSLATION.
Al principio de su carrera, los títulos de sus primeros trabajos sufrían con frecuencia cambios absurdos al ser estrenados fuera de su país. Destaca sobre todo su película de 1975, ‘Love and Death’, traducida en España con el título de ‘La última noche de Boris Grushenko’. España no era el único país en que esto ocurría. La película ‘El dormilón’ fue traducida en Francia con el nombre de ‘Woody y los robots‘ mientras que en Alemania se estrenó ‘Annie Hall‘ con el nombre de ‘El neurótico urbano‘.
Estos son solo algunos de los ejemplos que le llevaron a Woody Allen a incluir una cláusula especial en su contrato con la United Artist con la finalidad de evitar cualquier cambio en los títulos de sus obras cuando fuesen estrenadas en el extranjero. Y es que a nosotros nos sigue sonando mucho mejor ‘Amor y muerte’ que el enrevesado título de ‘La última noche de Boris Grushenko’. Por no hablar de ‘El neurótico urbano’…
2.- LO QUE PUDO HABER SIDO ‘ANNIE HALL’ Y SUS FRUTOS.
En una primera primera versión de ‘Annie Hall‘, la película iba a tratar sobre un asesinato. En esta, un profesor de filosofía aparecía muerto, aparentemente por suicidio. Pero dado que la idea del suicidio no encajaba con su filosofía, su amigo y alumno Alvy comenzaría una investigación sobre su asesinato ayudado una mujer a la que acababa de conocer, Annie. La idea fue desechada por lo que finalmente se convirtió en una de sus películas más icónicas, pero la historia del profesor de filosofía sería retomada para ‘Delitos y faltas‘, mientras que la parte del asesinato se convertiría en el argumento principal de su comedia ‘Misterioso asesinato en Manhattan’ en 1993.
Fue tal el material rodado para la película ‘Annie Hall‘ que dio lugar a un primer montaje de cuatro horas, posteriormente reducido. En una de las escenas eliminadas, los protagonistas se cruzaban por las calles de Manhattan con el propio diablo quien les proponía una visita guiada al infierno a través de un ascensor. En dicho infierno descendían a lo largo de diferentes niveles donde se cruzaban con personajes célebres hasta llegar a una última puerta donde entre llamas aparecía el presidente Nixon. Huelga decir que esta misma idea fue empleada veinte años después, en una de sus últimas grandes películas, ‘Desmontando a Harry‘.
3.- UN GENIO QUE SE CREE MEDIOCRE
Resulta harto conocido el pesimismo y el nivel de inconformismo del director neoyorkino hacia su propia obra. En una entrevista con Hugo Alconada Mon en 2005 llegó a manifestar lo siguiente: Siempre he tenido una confianza extrema mientras escribo. Luego, cuando filmo, me siento más o menos cómodo, y después, cuando monto y veo lo que he hecho, toda mi confianza se desvanece. «¡Dios mío! ¿Qué hice? ¡Tenía una idea maravillosa… y rodé esto!», pienso, pero no puedo tirar todo a la basura. Hago lo mejor que puedo cuando monto la película y me quito de encima. Entonces llega a los espectadores y a veces les gusta la película y a veces no, pero nunca saben lo que yo tenía en mente. A veces me gustaría decirles: «¡Ustedes no se dan cuenta de la maravillosa idea que yo tenía y cómo la estropeé! ¡Solo han visto el 50 por ciento, el 20 por ciento de mi idea!«. Si pudiera rehacer mis películas, realmente podría hacerlas mejor. Así que, volviendo a su pregunta, no, nunca me siento feliz. Solo una o dos de mis películas me han dejado satisfecho en toda mi vida y no pienso decirle cuáles.
Tras rodar ‘Mahattan‘, Woody Allen quedó tan descontento y decepcionado con el resultado de la película que rogó a la United Artist que finalmente no la estrenaran. Llegó incluso a ofrecer realizar una película nueva completamente gratis si le hacían caso y tiraban aquella a la basura. Afortunadamente, sí que fue estrenada y ahora es considerada una de sus obras maestras más conseguidas. Y es que nunca hay que dejarse influenciar por un pesimista y un inseguro.
3.- ENSÉÑAME LA PASTA
El presupuesto medio de las películas de Woody Allen está fijado en unos 20 millones de dólares, una cifra ínfima en comparación con las titánicas inversiones de muchos filmes de actualidad, algunos de ellos causa de auténticas quiebras millonarias. Cuando el director neoyorkino se ha extralimitado del presupuesto asignado, la productora se ha limitado a descontarlo directamente de su sueldo. Woody Allen, quien cobra como director, guionista y, en su caso, como actor, percibe el sueldo marcado por el sindicato y un porcentaje de los ingresos en taquilla.
A día de hoy, la película que mayor éxito comercial le ha proporcionado ha sido ‘Midnight in Paris‘, ganadora del Oscar al mejor guión original y nominada a Mejor Película. Hasta entonces, su película con mejor recaudación había sido la exitosa ‘Hannah y sus hermanas‘ de 1986.
4.- UN CALENDARIO ESTRICTO
Resulta evidente que un cineasta con un ritmo de trabajo tan constante como el de Woody Allen, capaz de estrenar una película al año, requiere de una planificación y de un calendario bastante organizado. Normalmente, el rodaje de sus películas se condensa en los meses de octubre a diciembre, tras los cuales durante la Navidad se dedica al montaje de las mismas. Lo más frecuente es que tras la edición, Allen exija repetir tomas y rodar nuevas escenas, para lo cual suele dedicar unas seis semanas desde enero. Finalmente, la película está lista para su estreno a finales de mayo, por lo que dedica cada verano a la escritura de un nuevo guión.
Cuando rodó la película ‘La comedia sexual de una noche de verano‘, al tener que filmar en verano, dedicó el otoño al rodaje de su siguiente filme, ‘Zelig‘. Pero ocurrió que, debido a que las repeticiones se retrasaron, llegaron a solaparse con el rodaje de ‘Broadway Danny Rose‘ y este con el de ‘La rosa púrpura de El Cairo‘. De esta forma, hubo días en que se rodaron escenas de dos e incluso tres películas.
Desde 1977, Allen considera las repeticiones como una parte esencial del proceso creativo. De hecho, la mitad de ‘La rosa púrpura de El Cairo‘ fue reescrita después del montaje, así como ‘Hannah y sus hermanas’ y ‘Delitos y faltas‘, la cual fue rehecha en su tercera parte. Por otro lado, ‘Septiembre’ se volvió a rodar íntegramente una vez montada.
5.- LOS ACTORES
Muchos grandes actores han trabajado con Woody Allen. Sin ir más lejos, todas sus últimas películas cuentan como protagonistas con más de una estrella. Y es que pocas veces un actor ha rechazado un papel dentro de una película de Allen, por muy pequeño que fuera. Los casos más sonados son los de Jack Nicholson y James Mason, quienes no estuvieron dispuestos a rebajar su caché, de manera que el director no pudo contratarlos. Por su parte, Dustin Hoffman siempre ha mostrado un gran interés por trabajar con Woody Allen, pero nunca fue posible coordinar las agendas de ambos.
Pero estos son los casos excepcionales. Incluso hay veces en que los actores se ponen en contacto con el director para trabajar en sus películas. Jodie Foster, en 1992 lo telefoneó a su oficina para decirle que le encantaría trabajar con él en alguna película. Por aquel entonces Allen trabajaba en el guión de ‘Sombras y niebla’ y le dijo que únicamente tenía un pequeño papel que pudiera ofrecerle. Foster aceptó así de buena gana el papel de una de las prostitutas de un burdel.
6.- LA PUESTA EN ESCENA.
Cuando el director llega al plató no permite que el resto de actores entren. Lo primero que hace es decidir la puesta en escena junto a su director de fotografía. Solo tras la iluminación deja que los actores entren y les explica por dónde quiere que caminen. Los planos suelen rodarse en cuatro o cinco tomas. Con frecuencia, el propio Woody Allen no sabe con certeza lo que se va a rodar al día siguiente. No existe un plan de rodaje exhaustivo ni un guión técnico, apenas hay ensayos previos. Allen confía más en la espontaneidad del momento que en la planificación excesiva: «El noventa y nueve coma nueve por ciento de las veces no tengo la más remota idea de lo que haré con la cámara cuando llegue al plató«.
Lo más normal es que el director nunca filme con la luz directa del sol. Prefiere esperar largas horas hasta que el cielo se nuble. Esa es una de las razones por las que prefiere rodar durante los meses de otoño e invierno: «Me encanta la idea de la lluvia. Simplemente me parece muy hermoso. Por supuesto, es una lata rodar estas escenas lluviosas, es un fastidio. Pero quiero esa atmósfera lluviosa en mis películas«.
7.- LOS PLANOS DEL DIRECTOR.
Una de las señas de identidad en el estilo del director neoyorkino se encuentran en sus largos planos secuencia. Al contrario que la mayoría de realizadores, quienes suelen recurrir al plano contra plano durante las conversaciones, Woody Allen prefiere mantener los diálogos dentro de una misma toma. «Me gustan los planos secuencias con la cámara moviéndose libremente, pero eso es algo que solo puedes hacer con buenos actores«. Si bien en ocasiones ha recurrido al plano contra plano porque la escena lo requería, otras veces se ha visto forzado a ello. Es el caso de Nick Apollo Forte en ‘Broadway Danny Rose‘, el cual se equivocaba tanto en sus secuencias que era imposible filmar tomas largas.
Otra característica de su técnica cinematográfica es la facilidad con que los personajes salen o entran del cuadro sin ningún problema. Un hecho insólito en el cine norteamericano donde el barómetro de muchas de las estrellas de Hollywood se mide por los segundos y primeros planos que aparecen en pantalla. En muchos de los diálogos del cine de Woody Allen podemos ver cómo los protagonistas cambian de habitación sin que la cámara los sigan y siguen hablando desde ellas, completamente fuera del plano.
En una secuencia de ‘Hannah y sus hermanas‘ Allen pensó en rodar la escena de un diálogo entre las hermanas con largos primeros planos, pero el director de fotografía, Carlo Di Palma, le sugirió que usara una dolly alrededor de la mesa y un zoom para corregir la composición. El director quedó tan satisfecho con el resultado que quiso repetir la misma técnica con ‘Sombras y niebla‘, en este caso con una cámara colocada en el centro de la mesa, girando sobre su propio eje.
8.- WOODY ALLEN DENTRO Y FUERA DE LA PANTALLA.
Basta ver un par de películas de Woody Allen para darse uno cuenta de la gran cantidad de material autobiográfico que hay en su obra. «Yo escribo acerca de lo que conozco. Acerca de gente con la que he crecido o que vive a mi alrededor«. Las referencias hacia su propia vida privada ya las utilizaba cuando trabajaba como humorista, lo que produjo que su mujer de entonces, Harlene Rossen, lo demandara por hacer chistes hirientes sobre su vida conyugal.
Los personajes que interpreta el propio director siempre presentan las mismas características, como si de un reflejo cinematográfico de su propia persona se tratara. En poco difieren Alvy Singer de ‘Annie Hall‘, Sandy Bates de ‘Recuerdos’ o Isaac Davis de ‘Manhattan‘, por solo citar tres ejemplos. Pero al contrario que otros artistas también dados a la repetición del mismo papel (Charlie Chaplin o Groucho Marx entre otros), Allen viste y calza igual tanto en la vida real como en pantalla; tanto delante como detrás de las cámaras. Los pantalones de pana, las gafas de montura negra y los mismos zapatos cómodos son símbolo de su alter ego en su filmografía. «La gente siempre confunde la imagen que presento en las películas con quien soy en realidad. He creado un personaje para la pantalla al que interpreto, suele basarse en quien soy, pero es exagerado«.
Esta equiparación por parte del público entre el Allen director/guionista y el Allen ficticio le ha acarreado al realizador más de un disgusto. «Stardust Memories fue muy criticada por su contenido. ¡Pensaban que el personaje principal era yo! No un personaje de ficción, sino yo, y que estaba expresando mi hostilidad hacia el público. Y por supuesto ese no era en absoluto el propósito de la película (…) Supongo que si hubiera dejado que Dustin Hoffman o algún otro actor interpretara al protagonista, habría sido mucho menos criticada«.
9.- ALLEN Y EL CINE.
La pasión por el cine que Woody Allen siente ha quedado reflejada en su obra en incontables ocasiones, hasta el punto de situar el cine entre uno de los motivos por el que vale la pena vivir la vida. Está tan metido en su vida que es incapaz de escribir una historia sin hacer referencia de algún modo al cine. «Empezaron a llevarme al cine cuando tenía cinco años. Y me quedé fascinado con las películas. Vivía en un barrio de Brooklyn de clase media-baja, y había alrededor de 25 cines a los que se podía llegar andando desde mi casa. Así que iba continuamente (…) En verano a veces iba cuatro, cinco y seis veces a la semana, o todos los días, tantas como dinero pudiera arañar«.
A menudo los personajes de sus películas acuden a las salas de cine en busca de la curación de sus malos o como experiencia educativa. En ocasiones, suponen auténticas vivencias mágicas y siempre les infunde esa admiración por las películas que el propio Allen siente. ‘Sueños de un seductor‘ es todo un homenaje a la película ‘Casablanca‘ mientras que ‘La rosa púrpura de El Cairo‘ cuenta la historia de cómo un personaje de cine salta de la pantalla a la realidad. En estos y en muchos más ejemplos podemos ver cómo el propio cine está muy presente en toda la filmografía del director.
10.- EL EQUIPO TÉCNICO-ARTÍSTICO.
Desde sus primeros años, Woody Allen siempre ha intentado mantener un mismo equipo técnico y artístico. Jack Rollins y Charles Joffe eran representantes de actores cuando Allen, que apenas tenía 22 años, se presentó en sus oficinas para venderles chistes, pero al poco tiempo le convencieron para que fuese él mismo quien interpretara su propio material. Desde entonces han sido sus representantes artísticos y los productores ejecutivos de todas sus películas. Al principio, Allen solía consultarles y enseñarles el guión al terminar de escribirlo, pero en la actualidad solo ven sus películas una vez finalizado el montaje.
Woody Allen solo ha trabajado con tres guionistas a la hora de escribir sus propias películas: Marshall Brickman, Mickey Rose y Doug McGrath. «Por lo general escribo los guiones en solitario, pero después de unas cuantas películas empiezo a sentirme solo. Me gusta trabajar con amigos simplemente porque me siento solo. Y no se trata de trabajar en compañía de alguien. Salgo a cenar con los colaboradores, damos paseos, mantenemos una relación. Pero esto lo hago para combatir la soledad«. Brickman ha colaborado en cuatro de sus películas más divertidas y destacadas: ‘El dormilón’, ‘Annie Hall‘, ‘Manhattan‘ y ‘Misterioso asesinato en Manhattan’.
De entre sus directores de fotografía a trabajado con Gordon Willis, Carlo Di Palma, Zhao Fei y Sven Nykvist. Este último fue el principal fotógrado de las películas de Ingmar Bergman en Suecia en los años sesenta. «Gordon tiene un estilo muy norteamericano. Es maravilloso. Habría estado sensacional con un director como John Ford o alguien parecido. Sus planos están soberbiamente iluminados, como un cuadro de Rembrandt. Le encanta pintar con la luz. Carlo, por su parte, prefiere que la cámara se mueva constantemente; yo lo situaría en un punto intermedio entre los otros dos. A Sven le gusta moverse, pero no le da tanta importancia como Carlo, que es un magnífico iluminador de atmósferas«.
Excelente. Me encanta Woody Allen, pero no conocía de la mayoría de esta curiosidades.
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